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Vegano

Vegano soy Camino triste porque no como carne No puedo matar a nadie Me hace mal Sin huevos Sin nada q signifique matar a nadie Mientras yo voy Preocupado Por cumplir el mandato Vegano Un señor que no come   carne Y a nadie le importa Cada día más débil para nada Cada día más pobre porque los veganos No pueden matar Los recursos gráficos utilizados en la web  www.soyvisual.org  son parte de una obra colectiva propiedad de la Fundación Orange y han sido creados bajo licencia CC (BY-NC-SA) 

Kilómetros (canción)

Y al final me animé a volver dónde te dejé A buscar ese lugar Sabiendo que no te iba a ver Irremediable destino fue creer La tierra estaba ahí El árbol estaba ahí El camino desandé Sabiendo que no te iba a ver Kilómetros de distancia Como ayer Kilómetros de silencio Kilómetros de no entender Kilómetros nos separan Rutas otra vez Prefiero verte en las rutas Las rutas de recorrer Las rutas que me enseñaste Las rutas que vos sabés

Tab 8 – f 28 – p 115

Pido disculpas a los escritores. A los que saben escribir. Y leer también. Porque hay que saber escribir, pero leer también. Si no, no es posible escapar a los lugares comunes, me parece. Pido disculpas porque lo que voy a contar está lleno de lugares comunes, porque nada hay más común que la muerte y todo lo que la rodea. Así es que una tarde finalmente llegó ese día de tener que recibir la noticia de un médico, que te llama aparte y te dice que está muy grave, que es muy difícil que se salve, que vamos a tener que hacernos a la idea de que, si sale, no va a salir mejor de como entró. Y entró muy mal. Muy mal. Sufriendo mucho. Desde hace un año sufría mucho. Todos sabíamos que esto iba a pasar. Pero cuando pasó, llegó y pasó muy parecido a lo que nos imaginamos siempre. Con la diferencia de que ya no era imaginación. Era acción. Suceso. Hecho. Cosa. Muerte. Silencio absoluto de todos los cables y monitores que hasta ese día durante la última semana nos habían informado lo que se v

Viejo

Si venis del fondo más recóndito Sin madre maquillada ni padre   Trabajar todo lo que pudiste Y más En incierto sentido borbotando esfuerzo imposible capitalizar algo de todo eso   Frágil Tu piel se rompe como papel tisú sangra sangre gruesa Nadie te escucha a través de la máscara Y es tan dificil que me escuches una vez   Se supone que tus manos ya no quieren demasiado a nadie Se supone que la sangre va a dejar de salir   Hace tiempo dejaste de implicar vida Hace tiempo tu no rumbo inexplicable contra el muro   Ahora esperás las horas con fatiga sin exhalar lo suficiente saber la célula que activa tu deseo sería tarde

Cata

Se me dio por ir a una cata de vinos. Después de tanto ostracismo, de tanto estar en mi casa encerrado sin llave para que entre quien quiera y se lleve lo que quiera o me mate, una tarde decidí ir a una cata de vinos. Un mail que llegó entre tantos otros me invitaba a conocer una bodega nueva, noble, genuina y de Salta, Argentina. No sé mucho de vinos. Solo los tomo en grandes cantidades cuando estoy triste, así que decidí ir a ver si aprendía otra cosa de ellos. El señor que explicaba todo –el somelier- era el capo máximo de la reunión. Petiso, camisa cara, bombacha de gaucho, voz suave y tranquila. E infinidad de palabras. Todos coincidían en que el sabor de la copa que teníamos entre las manos era redondo. Con notas de especias, de frutas rojas, de aceitunas negras. Coincidían sobre taninos, y agregaban comentarios similares que rápidamente eran tomados por el somelier para felicitarlos porque sí, tenían razón, esa variedad de uva tenía esa particularidad que el catador estaba desc

Año

Selección concurso Voces con Vida | Grupo Editorial BENMA | México | Agosto 2012 |  Publicado . Por no entender este tipo de cosas repetí el año. Repetí de grado. El resto entiende todo. Nada les preocupa. Y por eso pasan de grado. Yo no. Por eso repito. - Papá, ¿no entendés que no entiendo? ¿dónde está esa hora? ¡Nos estamos salteando una hora! - No, no es que nos estamos salteando una hora, es que anoche hubo que adelantar los relojes una hora para ahorrar más energía ¿no entendés? ¡Es duro, este!- agregaba mi papá dirigiéndose a la tia Popa. Bueno a “su” tía Popa. Porque no era “mi” tía, sino “su” tía. Pero todos teníamos que decirles “tía” como si fuera la tía de todos. Eso tampoco lo entiendo pero todos lo entienden y lo hacen. - Pero papá, si ayer eran las doce de la noche, y en ese momento todos ustedes pusieron el reloj a la una, entonces lo que pasó entre las doce y la una... ¡¿no pasó?! - Pero es que entre las doce y la una no pasó nada, se cambió la hora y listo, es un

Spinetta y la estrella fugaz

Escrito para Vorterix Esto que voy a contar es absolutamente real. Hay testigos, miles de personas que el viernes a la noche estuvieron en la costanera y no podían creer lo que veían, entre asustados, felices y emocionados. El show que dio Pedro Aznar el viernes no fue de rock, fue de folklore. Pero sabemos: los recitales al aire libre son del rock, como Pedro. Además, todos, cada uno de los que estábamos ahí fuimos pensando en que necesitábamos rock. Todos los homenajes se estaban haciendo en ese momento en Cosquín, lo intuíamos, por Dante, por el cierre de Charly… Pero aquí estaba Pedro, el hijo artístico de Charly y Luis. El final del set del grupo “soporte” (no sé si en folklore se dice así) fue más que conmovedor, terminó con Durazno Sangrando de Luis, y el público se puso a llorar, literalmente. Después, cuando arrancó Pedro, sólo hizo una mención, simple: que todo se lo dedicaba a Luis. Y demostró una vez más que es uno de los músicos más profesionales y virtuosos que

Spinetta y el resto de los mortales

Escrito para Vorterix No podemos pasarnos toda una vida escuchando a Spinetta. Porque nadie puede vivir con la sensibilidad de Spinetta. Nadie podría soportar sentir como Spinetta, pensar como Spinetta, vivir como Spinetta todas las horas de todos los días. Solo él podía. Y ahora no puede más. Quizás sea que su cuerpo se enfermó por tanta sensibilidad. Resulta inimaginable un país en el que todos sus habitantes fueran sensibles como Spinetta. Pero resulta triste también, obsceno, que quienes nunca lo escucharon ni difundieron, digan que “todos” queríamos a Spinetta, que “todos” lo admirábamos, que “todos” lo respetábamos. Como decíamos ayer, no a todos les gustaba Spinetta. No todos lo querían. Es más: hace menos de un mes comprobamos que existía una carroña que ni siquiera lo respetaba. Pero justamente la gran diferencia que existía entre Luis y ellos, los que nunca lo entendieron, fue lo que siempre reafirmó su eterna convicción. La que hizo de Spinetta un ser único e ir

Lo que queda de nosotros

Lo que queda de nosotros está solo tomando decisiones todo el día sobre chances, duración y conveniencias Nada sobre relaciones sin plata Lo que queda de nosotros va por la avenida poco dice, porque el ruido y la circunstancias no lo justifican Lo que queda de nosotros tiene los huesos entumecidos le cuesta relacionarse solo comparte con los otros enfermedades, miedos y necesidades Y pierde el día tratando de aplacarlas Para volver sobre sus pasos en si mismo Lo que queda de nosotros No puede explicar Tanto exceso de sentido sin sentido Tanta visita en vano Tanto trámite Tanto recorrido Pero tampoco puede explicar Lo que queda debajo de esta piel que solíamos mirar desde cerca Lo que queda de nosotros nunca puede explicar lo poco que siente además de apabullamiento Porque está tan lejos tan hondo y es tan poco que no vale la pena Al final Cuando el negocio no cierra Y volvemos a quedarnos con las manos vacías y sucias Lo que queda de nosotros aparec

El papá de Felipe

Desde que mi papá se fue estamos mejor. Mi mamá dice que está mejor. Que estamos mejor. Yo no me acuerdo bien de cómo estábamos antes, pero debe ser así. Mamá, la Tía y la Abuela se encargan de que sea así. Para mí, mejor mejor estamos desde que fuimos al psicólogo y el doctor le dijo a mi mamá que ella era mi mamá, que no se confundiera, que mi abuela era mi abuela. Primero se lo dijo a mi abuela, cuando le pidió que no fuera ella, sino que fuera mi mamá conmigo. Después se lo dijo a mi mamá y todo fue mejor. No sé si ella lo sabe. Me parece que en algún lugar de su cabeza sí. Pero no lo reconoce. No lo dice. Mi papá es bueno. El está en Santa Fé y nos quiere mucho. A mí y a mi mamá. A todos. Aunque tiene una novia y ya tiene otro hijo que es un poco mi hermanito. Pero yo no lo siento así. No es mi hermano, como el hermano de Felipe o el hermano de Gaspar. No es lo mismo. Por más que me lo presenten y yo lo quiera. Le llevé un regalo cuando fui. Sonríe mucho. Yo no sé si sonreía tanto

No por eso me va a decir lo que tengo que hacer

Hoy me encuentro en su despacho, una vez más, para que me pase unas líneas para escribir en twitter. “Su” twitter. Como siempre, llega espléndida e inmaculada, recién bañada. Suena obsceno decirlo, pero es así: llega recién bañada. Todos los días corre a la mañana, -me contó-, en la cinta por lo general en invierno, y en el suelo real de la residencia cuando el tiempo lo permite. Supongo que debe hacerlo rodeada de médicos, de asesores, de peluqueros. O quizás no. Yo nunca la vi así. Siempre la veo aquí, en su despacho de la residencia, fresca, después de esa gimnasia y antes de salir para el helicóptero. También la veo, obviamente, como todos, por la tele y en los diarios y las revistas que la atacan tanto y no logran nunca ocultar su belleza innata. Es decir, su actitud de mujer que se sabe o supo bella: sus modales, su mirada, su sonrisa, sus respuestas. Inaccesible a todo parece siempre salvo en este momento que la tengo aquí sentada, al ladito mío, bajita ella en realidad, alg

Chacharramendi

Es fácil llegar a este lugar. Es lejos. Pero no es tan difícil. Es cuestión de mentalizarse para disfrutar el viaje. Hace una semana pasamos por aquí, pero no nos quedamos a dormir. Sólo paramos en el polirrubro para llamar por teléfono y no lo logramos, como tampoco lo habíamos podido hacer desde los celulares que en sus pantallas indicaban “sin servicio”. Queríamos seguir doscientos kilómetros más para superar la mitad del viaje, dormir al otro lado de la ruta del desierto, y que al día siguiente nos quedara menos recorrido para llegar a Bariloche. Un viaje a la Patagonia se disfruta todo, de punta a punta. No produce la ansiedad y el hastío de los viajes a la costa atlántica o a Córdoba. El destino está tan lejos, que es imposible pensar en él. Y entonces uno piensa sólo en el camino, y lo disfruta. Las rutas de la pampa y la patagonia son solitarias y melancólicas, como sacadas de una película de viajes, con espinillos que se cruzan rodando, pájaros que nos miran, camiones

Gavilanes (novela)

Sobre el final del siglo XX tuve la suerte de trabajar para el creador de la llamada "Cumbia villera".  De esa experiencia increíble surgió esta novela (ficción) , que escribí unos años después, salpicada por un montón de anécdotas reales.

Islas (novela)

Esta historia no tuvo la trascendencia que se esperaba en el idioma en que fue originalmente escrita. Su autor me encomendó que la tradujera con el propósito de acercarla a otro público e intentar que sea comprendida en el idioma español que se habla en Argentina. Leer novela completa  

Seis mariposas de bronce

Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1995 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes

Loca

Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1995 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes

Paloma

Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1992 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes

Casi sin piedras

  Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1995 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes