Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre 27, 2020

Pelotuda

Una vez más, después de tanto tiempo, me dispongo a contar cómo empezó todo. Es que ahora resulta lógico lo que en su momento pensaba en la soledad de mi cama, mientras lloraba boca abajo, tapada mi cabeza por la almohada. Estoy en una silla frente a mi pupitre, sentada sola, en el primer asiento de la primera fila de la derecha, porque es esa la fila que tiene asientos de a uno. Las otras tienen asientos de a dos, y aunque no están todos ocupados, me permiten evitar la responsabilidad de tener que sentarme junto a alguien que finja aceptarme, que simule no reírse o comentar por lo bajo sobre mí. Una sola vez lo intenté. Superar con esfuerzo esa barrera implacable que me alejaba de la gente, de mis compañeras, de mis compañeros más aún. Compañero o compañera: palabras tan agradables ahora y que en aquel momento significaban solo eso: personas que compartían un mismo grado, una misma aula, pero que nunca iban a ser tus amigas o amigos. Que solo eran amigas entre sí para divertirse ali