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Lo que queda de nosotros

Lo que queda de nosotros está solo tomando decisiones todo el día sobre chances, duración y conveniencias Nada sobre relaciones sin plata Lo que queda de nosotros va por la avenida poco dice, porque el ruido y la circunstancias no lo justifican Lo que queda de nosotros tiene los huesos entumecidos le cuesta relacionarse solo comparte con los otros enfermedades, miedos y necesidades Y pierde el día tratando de aplacarlas Para volver sobre sus pasos en si mismo Lo que queda de nosotros No puede explicar Tanto exceso de sentido sin sentido Tanta visita en vano Tanto trámite Tanto recorrido Pero tampoco puede explicar Lo que queda debajo de esta piel que solíamos mirar desde cerca Lo que queda de nosotros nunca puede explicar lo poco que siente además de apabullamiento Porque está tan lejos tan hondo y es tan poco que no vale la pena Al final Cuando el negocio no cierra Y volvemos a quedarnos con las manos vacías y sucias Lo que queda de nosotros aparec

El papá de Felipe

Desde que mi papá se fue estamos mejor. Mi mamá dice que está mejor. Que estamos mejor. Yo no me acuerdo bien de cómo estábamos antes, pero debe ser así. Mamá, la Tía y la Abuela se encargan de que sea así. Para mí, mejor mejor estamos desde que fuimos al psicólogo y el doctor le dijo a mi mamá que ella era mi mamá, que no se confundiera, que mi abuela era mi abuela. Primero se lo dijo a mi abuela, cuando le pidió que no fuera ella, sino que fuera mi mamá conmigo. Después se lo dijo a mi mamá y todo fue mejor. No sé si ella lo sabe. Me parece que en algún lugar de su cabeza sí. Pero no lo reconoce. No lo dice. Mi papá es bueno. El está en Santa Fé y nos quiere mucho. A mí y a mi mamá. A todos. Aunque tiene una novia y ya tiene otro hijo que es un poco mi hermanito. Pero yo no lo siento así. No es mi hermano, como el hermano de Felipe o el hermano de Gaspar. No es lo mismo. Por más que me lo presenten y yo lo quiera. Le llevé un regalo cuando fui. Sonríe mucho. Yo no sé si sonreía tanto

No por eso me va a decir lo que tengo que hacer

Hoy me encuentro en su despacho, una vez más, para que me pase unas líneas para escribir en twitter. “Su” twitter. Como siempre, llega espléndida e inmaculada, recién bañada. Suena obsceno decirlo, pero es así: llega recién bañada. Todos los días corre a la mañana, -me contó-, en la cinta por lo general en invierno, y en el suelo real de la residencia cuando el tiempo lo permite. Supongo que debe hacerlo rodeada de médicos, de asesores, de peluqueros. O quizás no. Yo nunca la vi así. Siempre la veo aquí, en su despacho de la residencia, fresca, después de esa gimnasia y antes de salir para el helicóptero. También la veo, obviamente, como todos, por la tele y en los diarios y las revistas que la atacan tanto y no logran nunca ocultar su belleza innata. Es decir, su actitud de mujer que se sabe o supo bella: sus modales, su mirada, su sonrisa, sus respuestas. Inaccesible a todo parece siempre salvo en este momento que la tengo aquí sentada, al ladito mío, bajita ella en realidad, alg

Chacharramendi

Es fácil llegar a este lugar. Es lejos. Pero no es tan difícil. Es cuestión de mentalizarse para disfrutar el viaje. Hace una semana pasamos por aquí, pero no nos quedamos a dormir. Sólo paramos en el polirrubro para llamar por teléfono y no lo logramos, como tampoco lo habíamos podido hacer desde los celulares que en sus pantallas indicaban “sin servicio”. Queríamos seguir doscientos kilómetros más para superar la mitad del viaje, dormir al otro lado de la ruta del desierto, y que al día siguiente nos quedara menos recorrido para llegar a Bariloche. Un viaje a la Patagonia se disfruta todo, de punta a punta. No produce la ansiedad y el hastío de los viajes a la costa atlántica o a Córdoba. El destino está tan lejos, que es imposible pensar en él. Y entonces uno piensa sólo en el camino, y lo disfruta. Las rutas de la pampa y la patagonia son solitarias y melancólicas, como sacadas de una película de viajes, con espinillos que se cruzan rodando, pájaros que nos miran, camiones

Gavilanes (novela)

Sobre el final del siglo XX tuve la suerte de trabajar para el creador de la llamada "Cumbia villera".  De esa experiencia increíble surgió esta novela (ficción) , que escribí unos años después, salpicada por un montón de anécdotas reales.

Islas (novela)

Esta historia no tuvo la trascendencia que se esperaba en el idioma en que fue originalmente escrita. Su autor me encomendó que la tradujera con el propósito de acercarla a otro público e intentar que sea comprendida en el idioma español que se habla en Argentina. Leer novela completa  

Seis mariposas de bronce

Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1995 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes

Loca

Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1995 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes

Paloma

Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1992 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes

Casi sin piedras

  Publicado en "Clips sobre seres sin suerte" 1995 Ed. El Otro. Con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes