Ir al contenido principal

Entradas

El antes de ayer (canción)

Ya llegó el antes de ayer.  Ya nada alcanza ni se puede querer Tanta injusticia, tanta pobreza,  tanta distancia, tanto cinismo,  tanto eufemismo Y una a una caen  Las torpes certezas que supimos conseguir Los débiles derechos que pudimos construir Y hoy  la risa vil  ensordece y disfruta que nada se resista Y no es más que una venganza ancestral y racista Antes de ayer Ancestral y racista antes de ayer Disfrazado de futuro antes de ayer Apocalíptico y senil antes de ayer Foto: www.lanoticiaweb.com.ar

Señales (canción)

Si estas señales no fueran reales estaría caminando hacia un barranco Pero si fueran todas verdaderas me estrellaría contra una barrera Donde pongo estas señales Donde pongo mis señales Si ya todo parece haber cerrado Si no hay donde vivir asegurado Asegurado Sin señales Sin señales Si señales no hubiera delante de mis ojos si nada entre nosotros existiera más que el paso del tiempo igual que un cielo rojo eclipse que se mira con anteojos Injusto mundo ciego y mal organizado miradas y señales ciegas rotas Manos que no se tocan trenes que no se abordan señales de peligro  rojas notas  rojas notas El vértigo forma parte de las cosas que no se explican y mi única irresponsabilidad es amar Mi única irresponsabilidad es amar y allá va

Sin velas (canción)

Quiero que camines hacia el sol pasional y feliz Quiero que recorras sin rencores Cada paso que das De este torpe vivir Tanto esperé este momento y ahora es lamento roto de viento Nunca podrás ser un enemigo si somos pájaros de un mismo nido Y si la tormenta torció el rumbo y si somos barcos sin velas arranquemos telas de otro mundo o naveguemos sin velas Y si la tormenta te perdiera yo me moriría en la escollera quiero que inventemos otro mundo o que naveguemos sin velas No sería justo que matáramos el tiempo ni la palabra ni la canción No hay traición, no niegues lo que somos no somos lo mismo ni lo quiero yo Solo abrazarte una vez y me cuentes lo que tu vida es nada para reprocharse si todo es amor quiero que camines hacia el sol

Cuentakilómetros

Había una vez un pibe que salía a pasear con sus amigos en la camioneta que le prestaba su papá. Pero el papá le ponía un límite. Le decía que no tenía que andar mucho, solo unas pocas vueltas por el barrio. Pero él no sabía de límites: cuando se subía a la camioneta con sus amigos, cruzaban avenidas, plazas y puentes buscando las aventuras y emociones que alimentaron las mejores anécdotas de su vida. Tampoco sabía de límites para la cantidad de gente que llegó a llevar en esa camionetita. Quince, veinte. Ya es un mito que todavía hoy se discute en bares y universidades. Para que no lo castiguen por no respetar límites, el pibe llegaba a su casa y hacía siempre lo mismo: Tomaba un cricket, ponía la camioneta sobre unos tacos de madera y hacía girar las ruedas marcha atrás, para que el cuentakilómetros también retrocediera, y no develara el secreto de los kilómetros recorridos ese día. Todas las semanas hizo eso, religiosamente: el pedido al padre, el paseo, las aventuras, el cr